En planes de entrenamiento para carreras de larga distancia, es importante tener en cuenta que uno de los factores que más influyen en estas competiciones es la mente. Por tanto, la constancia y la voluntad durante los entrenamientos son casi tan importantes como hacer 200 km semanales.
Hay que tener días de descanso para recuperar fuerzas. Trabajar la velocidad para ir mejorando nuestra marca. Aumentar semanalmente los kilómetros, pero sin forzar el cuerpo para evitar lesiones inútiles. Cambiar, si es posible, los escenarios de los entrenamientos. Llevar algún alimento energético y bebidas en los entrenamientos de larga distancia, para recuperar fuerzas y mantenernos hidratados. Escuchar algo de música también nos puede motivar en los días con menos ganas de entrenar.